viernes, 1 de octubre de 2010

TEATRO DEL LIBERTADOR GENERAL SAN MARTÍN

Habilitado en 1892, al principio se lo llamó Teatro Nuevo.
El Teatro Nuevo estaba pensado como ejemplo de la arquitectura del liberalismo. La clase gobernante quería para los edificios oficiales destinados a las actividades sociales, una arquitectura europea de formas clásicas y espectaculares y de mayor confort, totalmente distintas a las formas coloniales más modestas. La obra del Teatro Nuevo comenzó en 1887, sobre los planos del prestigioso arquitecto Francisco Tamburini, quien participó en la ampliación de la Casa Rosada, en la construcción del teatro "Colón" de Buenos Aires, el Banco de la Provincia de Córdoba, el Hospital de Clínicas y la cárcel Penitenciaria, etc. El arquitecto José Franceschi fue contratado (con un sueldo de 200 pesos mensuales) para dirigir la construcción.
Como los planos del Teatro Nuevo se basaban en los coliseos europeos (en un estilo del Manierismo Palladiano) se trató que las instalaciones fueran acordes.
Antonio Subirá construyó el piso de la platea y armó y colgó decoraciones. En 1889, por sus relaciones con el alto comercio de la ciudad, traería desde el extranjero las decoraciones necesarias para las óperas Mefistófeles, Aída y la Africana.
Arturo Piccinini proveyó de muebles y tapicería; importó de Europa suntuosos muebles distribuidos desde la planta baja hasta el paraíso.
El artista Arturo Nembrini Gonzaga (quien decoró también la antigua central del Banco de la Provincia) fue contratado en 1888 para realizar:
- sobre el ático (la galería alta de la fachada), las estatuas y el alto relieve
- la decoración (en estilo pompeyano) de la bóveda central, de la galería en el paraíso y de las puertas de los palcos.
- la decoración del cielo raso y las paredes del vestíbulo exterior del piso bajo.
El tiempo y la desidia de algunos funcionarios contribuyeron a la pérdida de muchas de estas reliquias como las pinturas del vestíbulo, las de la galería de entrada, pasillos filigranados, cielo raso del salón izquierdo del Teatro, entre otros.
En 1978, al refaccionar el edificio, se descubrió detrás de un radiador del sótano, filigranas al estilo de las del techo del foyer.
Víctor Consigli hizo colocar un dispositivo mecánico que con 2 personas levantaba la platea a distintos niveles hasta llegar a la altura del escenario, para nivelar la visual del espectador según la escenografía propuesta.

El dispositivo también se accionó para entretener en homenajes, bailes y banquetes ofrecidos a los presidentes Figueroa Alcorta, Roque Sáenz Peña, Uriburu y A. P. Justo, además del príncipe Humberto Primero de Saboya. También se celebraron casamientos importantes e incluso el funeral cívico del socialista Deodoro Roca. El movimiento de la platea, el vestirse de etiqueta y de guantes largos, pasaron a la historia. Desde la reforma de 1978 el mecanismo nivelador quedó inutilizado por cañerías de calefacción que pasan debajo de la platea.
Teodoro Flandín se encargó de la instalación de la luz eléctrica, proporcionada por un motor propio. Los aparatos, pedidos a Francia y Alemania, tardaron varios meses en llegar.
Para 1890 Nembrini Gonzaga seguía pintando angelotes, mujeres recubiertas con tules vaporosos y frisos con flores exóticas. El teatro no abría sus puertas; estaba a la espera de una iniciativa empresarial para traer un elenco de prestigio.
Ficha técnica

Fachada: está formada por dos niveles. Columnas y pilastras dóricas dividen el plano inferior y jónicas el superior. Tres figuras femeninas sostienen en sus manos la lámpara votiva, la lira, la trompeta y la corona de laureles, son alusivas a la música; querubines en sobrerrelieve acompañan y sostienen el escudo de Córdoba.
Los pisos son de mosaico calcáreo en los sectores de mayor tránsito y en los de menos categoría. En la sala, foyer, bar y salones importantes los pisos son de listones de madera. Los escalones, umbrales, zócalos y balaustras son de mármol de carrara.
El teatro consta de un subsuelo y 5 niveles. El sector delantero es de carácter público, en donde se encuentra las salas más ornamentadas. Dos circulaciones paralelas sirven para distribuir al público y para el aislamiento acústico entre la sala y los salones laterales. El sector posterior corresponde al escenario y dependencias técnicas.
El subsuelo concentra los servicios técnicos donde se encuentran el manejo de sistemas de seguridad contra incendios, el sistema elevador de platea y el comando del telón de seguridad y el túnel de calefacción.
- En el sector izquierdo está ubicado el bar y el Museo del Teatro de la Música de Córdoba Cristóbal de Aguilar. El museo está en la antigua sala de fumar donde solamente los hombres podían entrar. Luego fue el antebar o sala de exposiciones hasta que en 1987 se convierte en museo. Cristóbal Aguilar fue el primer dramaturgo argentino que pintó en sus obras el paisaje local.
- En el sector derecho estaba el patio de actores, que fue transformado en una sala menor (la Luis de Tejeda).
- Es notable la diferencia de la calidad de las terminaciones de cada nivel para el público, a medida que asciende a partir de la cazuela. Esto se desprende de la selección de jerarquías sociales del siglo XIX que la arquitectura expresa.
- Superficie total 3640 m2, superficie cubierta de 11700 m2. Entran 1077 personas, 383 en platea, 22 en palcos altos, 20 en palcos bajos, 174 en cazuela, 152 en tertulia y 200 en paraíso. Este tenía una entrada independiente que fue anulada para unificar el control de ingreso.
- El nivel de los palcos bajos tiene salas laterales de doble altura con hermosas pinturas artísticas en los cielorrasos. Varias de ellas están deterioradas y algunas definitivamente perdidas. El nivel siguiente corresponde al de palcos oficiales (Gobernación y Ministerios)
- El escenario es uno de los más grandes del país.


El ir y venir del nombre

El primer nombre del Teatro Nuevo fue elegido de una forma caprichosa y para nada formal.
El 9 de setiembre de 1891, en un baile para celebrar el centenario del nacimiento de José María Paz, se evocaron muchos nombres como el de Vélez Sarsfield, Deán Gregorio Funes, Juan Gregorio Las Heras (el 7 de setiembre sería inaugurado el Parque Las Heras) y el de José Ignacio Rivera Indarte (poeta, 1814-1845).
Un periodista del diario La Libertad rescató el nombre de Rivera Indarte bautizando al nuevo teatro, nombre que tendría hasta mediados del siglo XX. Paradójicamente, el poeta tuvo escasa vinculación con la escena local.
Funcionarios del gobierno de 1950, tan caprichosamente como se bautizó la primera vez, cambiaron por decreto el nombre de Rivera Indarte por "Del Libertador General San Martín". En 1956 otro decreto provincial devuelve su primera denominación al teatro, hasta 1973 que un nuevo decreto designa al Teatro "Del Libertador General San Martín" definitivamente. Esta situación ha llevado a la gente a denominarlo de ambas maneras.

Fuente: www.monografias.com


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