El crepúsculo plutónico y el viaje de la centella capturan la admiración
de aquellos cuerpos, cuerpos pétreos, desnudos que respiran y observan
con sus cabezas condecoradas y ojos añorantes de color escarlata
atormentados por el buen gusto y la elegancia de este rapto, al grito
sinfónico de la libertad, libertad sin notas para el piano del tirano
cargada de aquella alegría no contenida que, más allá de las
aspiraciones permitidas, pasiones monstruosas y satisfechas de
inescrupulosos cerebros déspotas y eterna garra dominante temeraria, se encuentra la majestuosa Sabina superando toda expresión literaria, irradiando su luz, tan esperanza divina.
Del "Rapto de las Sabinas" se dijo que la tersura de la epidermis pétrea nunca había llegado a una resolucion tan fina y elegante,con esa alegría no contenida, tétrica, gótica e íntegramente sexual.
La obra habla de la escasez de mujeres en Roma, las Sabinas estéticamente más esbeltas que las romanas representan, en este rapto a las víctimas de la zarpa infame.
El manierismo académico dominante de Roma se vuelve a dejar ver en esta maravillosa composición cargada de aquel deseo insaciable.
En ella encontramos,virtuosismo alegórico, triunfante, ilustrado en el despotismo de esta obra magistral que los entendidos y eruditos calificaron como "sublime".
Martín Bustos
Escritor, fotógrafo, actor, mimo y clown
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